Así fue que este grupo entendió que lo unía algo más que la pasión por la noche. En las arenas uruguayas ya había demostrado sus dotes futbolísticos con lo que quedó claro que había que idear algo relacionado con el deporte.
Esta idea tardó en materializarse y no fue sino hasta mediados del 2007 que se formó “Tibia Peroné [2]”. Por ese entonces, nuestro capitán, tanto administrativo como en cancha, era Pupi Paz, más conocida como “el Upa” (invención de Kilu) en aquellos días.
Roli, como representante de la facción “Southern” ante los de Bordeaux, fue presentando al resto de sus compañeros, dando comienzo así a la mística que hoy nos congrega. Para los de Newman aparecieron personajes como Jeremías Medici y Facundo “el Chori” Peyón. Los de Southern llegaron a conocer a tipos como Tomás “Trujo” Trujillo o Juan Cruz “Fatiga” Uriburu, quien años más tarde se integraría completamente al grupo.
Sabiendo poco sobre los torneos de futbol sabáticos, nos incorporamos al único que nos abriera las puertas: Los Molinos. Hoy sabemos que el torneo se destaca (al menos en sus categorías más altas) por la buena performance de sus equipos, pero en el 2007 éramos un grupo cargado de optimismo, creyendo inocentemente, que con esta cualidad complementábamos las faltantes.
La facción Newman del grupo estaba originalmente compuesta por:
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Bartolomé Segundo “el Pupi” Paz
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Agustin “el Tin” Herrera Vegas
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Ernesto “el Niño” Gómez Passanante
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Mateo “el Bocha” Bosch
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Mariano “el Tyrrel” Aguirre
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Valentín “Topper” Rodríguez Zubieta
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Los de la bajada de Uruguay eran primariamente:
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Federico “Mosca” Moscatelli
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Nicolas “Chichi” Cicinelli
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Lucas “el Roli” Ramos Oromí
Quienes desde el primer partido invitaron a:
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Jeremías “Jere” Medici
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Lucas “Kilu” Sinistri
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Felipe “Felo” Ruiz
A esta lista se agregaba un personaje paradigmático de las canchas de Pilar. Obviamente me refiero a Santiago “Chino” Stanchina. Él completaba el equipo como arquero fijo, con más actitud que destreza, haciendo un claro paralelismo con el arquero profesional Pablo Migliore (por esos días, a punto de pasar a préstamo a Racing).
A nivel futbolístico, Tibia fue motivo de bronca y descontento. Los resultados jamás llegaron y si bien algunos crecieron en habilidad, las deducciones fueron netamente negativas.
Como forma de incentivar a los jugadores, el capitán de aquel entonces (también lo es actualmente) tuvo la brillante idea de emular el famoso “1x1” del diario deportivo Olé [5]. Por esos días, esta metodología tuvo los mismos cuestionamientos que tiene hoy. Sin embargo, no voy a explayarme en esto, dado que no es mi intención analizarlo en estas líneas [6].
Quizás el punto más criticable en esa época fue la falta de compromiso. La notificación de los horarios de los partidos era muy arcaica, con lo que se hacía difícil tener el mínimo de 11 jugadores todos los sábados. Por eso, en Tibia llegaron a jugar invitados como:
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Tomás Trujillo
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Santiago “Mosquito” Moscatelli
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Santiago “el Oso” Mayorga
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Rodrigo “Annu” Arnau
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Tomás Oyuela
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Matías “la Tutela” Palleiro
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Marcos “el Oso” Tagle
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Juan “el Boga” Busto
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Santiago “Chili” Casey
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Juan Cruz “Cucu” Uriburu
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Marco “Rocky” Savaglio
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Santiago Tagle
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Igor “el Saigor” Massa
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Mauro “Pellerano” Pieretto
Las pseudo incorporaciones no cambiaron sustancialmente la imagen del equipo. Con su característico desorden, Tibia Peroné jamás despegó, tal vez, por carecer de un claro esquema de juego. Fue un equipo en el que 11 jugadores entraban a la cancha sin respetar las líneas ni las posiciones. El Tin supo jugar de central junto con el Roli, a la vez que también llego a hacerlo el Pupi. Personajes como Trujo, fueron la imagen del desgano y la falta de compromiso y eso repercutía en el resto. Los de Newman (que todavía jugaban al rugby) gozaban de mejor estado físico que los de Southern y eso se notaba en cada pelota. Nuestro 9 de área era tan de área que se diluía entre los centrales de los equipos contrarios, pasando desapercibido casi todo el partido.
Tibia llegó a perder un partido absurdo contra un equipo veterano (que terminó anteúltimo ese torneo) que jugaba con la camiseta de Rosario Central, algo imperdonable para el hoy portador del número 6.
Por otro lado (el no futbolístico claro está), los sábados se transformaron en motivo de alegría para todos los integrantes del equipo y sus invitados. Tibia supo aprovechar al máximo cada noche en la que se reunió. Ya fuese para llorar por un partido perdido o celebrar por un empate o una victoria estaba claro que los muchachos se estaban transformando en expertos del “agite”.
Tristemente, una de los partidos más celebrados, que ameritó una importante reunión del equipo fue un partido ganado por walk-over. Esa noche, los jugadores se vieron envueltos en una violenta ingesta de bebidas espirituosas que derivó en escenas desaparecidas para todos.
[2] Si hace falta que explique el nombre, no entendiste nada; así que por favor deja de leer.
[3] Era su apodo por aquellos días
[4] N. de R. No pudimos ponernos de acuerdo en lo que refiere al apodo o sobrenombre. “Topper” (¿?)
[5] Mail del 24/09/2007: “Muchachos les explico lo que se nos ocurrio hacer el uno x uno del los partidos de cada sabado. el tema es asi yo como capitan le digo a uno que lo haga y ese me manda un mail a mi con un puntaje para cada uno que jugo y un comentario sin ningun escrupulo. La idea es que sea anonimo y nadie se diga entre si quien lo escribio. La joda de esto es que sea una critica constuctiva criticando al que jugo mal y darle credito al que la rompio. Cada uno lo hace como quiere con gracia o no pero sin ningun escrupulo. nose que piensan esta ves ya lo hiso uno y ya lo tengo yo, no lo mando en este mail porque capaz alguno le cae mal si hay alguno en desacuerdo que conteste”. Pupa. (N de R. Citado tal cual fue escrito por su autor).
[6] Para ver más acerca de esto: Busto, Juan B., “Pros y Contras del 1x1”, en Anales de Futbol, 2011. Próximo a publicarse.