viernes, 21 de marzo de 2014

LOS DOS QUINCHOS

Meses de felicidad fueron los el reino disfrutó. Los habitantes del Quincho gozaban de banquetes y festejos, acompañados por la flamante adquisición de equipos de música músicos que invitaban a que la ya copeteada alegre audiencia se disponga a bailar con las señoritas que tuvieron la suerte de haber sido invitadas. Más adelante, nuevas adquisiciones fueron llenando el templo. La heladerita cueva helada fue descubierta y permitió que ya nadie deba efectuar el largo viaje en busca de líquido; la red de alcantarillas fue extendida hacia el templo también para ahorrar el viaje de los líquidos de vuelta. Un gran LED ventanal fue instalado para el entretenimiento. El templo comenzaba a ser un castillo independiente, y el Claude nombró a Cachalote como su protector. Comenzó la era de “Los Dos Quinchos”.

Xbox-360-E-FrontFue quizás la llegada del artefacto mítico llamado Caja X lo que pudo haber desencadenado la hecatombe. La Caja Maldita fue traída por emisarios del lejano oeste como obsequio al Reino por los esfuerzos realizados para promover la venta de vinos Zumuva. Semejante artefacto no llegó a manos del rey ya que el príncipe, seducido por el poder que la Caja representaba, lo recibió y sin consultarlo lo ubicó como pilar fundamental del Quincho. Poco a poco, la Caja X fue consumiendo a la orden de caballeros de Cachalote, quienes se negaban a abandonar el predio para pasar días sentados frente a ella, admirando su belleza. El clima comenzaba a tensarse.

La primera en decir basta fue la doncella, quien al no poder organizar sus reuniones de costura (al menos eso le decía al rey) tomó sus valijas y se mandó a mudar al Ducado de Palermo, famoso por sus bares y boliches costureros (?). La (aparente) victoria en la pulseada fraternal dejó a Cachalote sin rival y tomó por completo el templo.

Con el correr de los años, los caballeros comenzaron a tomarse por sentado el paraíso del cual disponían. Los encuentros comenzaron a ser más acaudalados, los consumos más excesivos, los sonidos más molestos las orgías más exóticas (de esto último nos hacemos eco de las declaraciones del historiador Esnal). La vorágine era incontenible, y el rey, mirando desde su ventana observatorio, se sintió desilusionado ante el comportamiento de sus súbditos y el modo en que usaban su templo. Su Templo, lugar en que ya no se sentía bienvenido. Semejante sacrilegio no podía ser pasado por alto y entonces el de arriba le ordenó al Claude que castigue a su hijo, desterrándolo del paraíso junto a sus seguidores.

Durante años vagaron libremente por distintos barrios, cual equipo que dice ser de Boedo tribu nómada, sabiendo que difícilmente encontrarían algo remotamente similar. El título de príncipe ya no era usado Cachalote, quien fue rebautizado meramente como Pimpis. El clan pasaría a llamarse Descanso y Agite y comenzaría a jugar a un nuevo deporte (?) llamado fútbol para sobrevivir.

Cuando todo parecía desdicha para el joven príncipe exiliado, la suerte llamó a su puerta. Los mensajeros que aun tenía le informaron que el rey había encontrado el amor varios kilómetros al sur, y que por lo tanto abandonaría su castillo frecuentemente para visitar a su doña. Pimpis reunió al clan, que para ese entonces comenzaba a dispersarse, y los alineó bajo una misma bandera naranja y verde para marchar al castillo de su padre y recuperar el Quincho.

Poca pudo resistir Inés, la guardiana de la ciudadela, a los constantes embates del ejército, que al poco tiempo ya se encontraba nuevamente en el Quincho recuperando el tiempo perdido. Los caballeros se turnaban para vigilar la vuelta del rey desde la terraza el observatorio y al dar la señal evacuaban rápidamente el lugar sin antes comprar el silencio de Inés por unas cuantas monedas de plata. De ninguna manera querían desatar la ira del Claude, quien solo Pimpis había experimentado y por nada en el mundo quería repetir.

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El sistema funcionó por bastante tiempo, a tal punto que los operativos de entrada y salida ya estaban totalmente engranados. Los horarios del rey ya estaban estudiados y en casos de emergencia bastaban pocos minutos para levantar el campamento y desaparecer. El plan era sólido, excepto por un detalle…

Continuará…